Toma y deja de joder
Deséalo tanto hasta que el Universo te diga «toma, toma y deja de joder».
En mi caso, como filosofía de vida. Pero, ¿es bueno insistir hasta convertirse en un incordio? ¿Es cierto eso de que "quien no llora, no mama"?
Quizá siempre hay un límite para intentar conseguir lo que se desee. Yo no lo conozco, y quizá ese es mi problema. Si quiero algo, no paro hasta que lo consigo. Y si alguna vez paro, es porque me deja de interesar ese objetivo, no porque no lo haya intentado hasta el final.
Tiene consecuencias, por supuesto. Muchas veces te enfrentas a un callejón sin salida, a muchos "no" que duelen, a derrotas que te hacen sentir si de verdad vale la pena luchar por algo. Y a veces llegas a casa pensando "¿para qué?". O te levantas por la mañana sin saber si un intento más valdrá la pena. Y cuando te acuestas te das cuenta de que posiblemente no la haya valido. Pero al día siguiente vuelves a la carga. Y al otro, y al otro. Y así hasta que se acabe el tiempo.
Es lo malo que tenemos las personas tozudas, aunque a veces pequemos de caprichosas. Que no solemos rendirnos tan fácilmente.
Comentarios
Publicar un comentario